Kunio Mikuriya, Organización Mundial de Aduanas: “La fragmentación del sistema comercial mundial es una amenaza para todos nosotros”

Comercio electrónico, falsificaciones y contrabando de drogas son temas que le han puesto una presión adicional a los encargados de supervisar los flujos de mercancía en el mundo. Eso lo sabe el japonés Kunio Mikuriya, secretario general de la Organización Mundial de las Aduanas (OMA), quien la semana pasada estuvo en Chile como parte de un encuentro internacional, agenda que también incluyó algunas reuniones en Santiago y Valparaíso con representantes del Gobierno y del Congreso.

Ad portas de dejar el cargo que ha ostentado 14 años, su punto de partida no es del todo auspicioso. A tres años desde el inicio de la pandemia, el licenciado en derecho y doctor en relaciones económicas internacionales ve que “se avecinan muchos conflictos y la fragmentación del sistema comercial mundial es una amenaza para todos nosotros”.

¿Qué hacer frente a esto? Desde el punto de vista técnico y político, cree que la respuesta es “permanecer conectados. Este es el trabajo de las aduanas”.

“Estamos sugiriendo a los actores del comercio electrónico que hay una manera de que podamos trabajar juntos. Este es actualmente uno de los mayores problemas”, expone Mikuriya.

En este contexto, considera que Chile tiene una posición “interesante” en el comercio internacional, tanto por su geografía como por sus 33 tratados de libre comercio para la exportación de las industrias mineras, agricultura y manufactura.

“Chile ha sido muy activo en el ámbito internacional, así como para asegurarse de que están conectados con el mundo exterior”, dice.

Por lo mismo, apunta a que esa es el área en la que se debe enfocar. “Las aduanas de Chile realmente deben apoyar la política gubernamental de conectividad en las fronteras”, señala.

Una fortaleza no menor considerando que ante los conflictos se ven muy frágiles las fronteras. No sólo en Medio Oriente, sino también en África Occidental e incluso en Europa y América Latina.

“Por tanto, es muy importante asegurarse de que esas fronteras frágiles se gestionen bien, porque desde el punto de vista de la seguridad no es el camino cerrar las fronteras, porque en ese caso la comunidad fronteriza sufrirá mucho porque vive del comercio”, expone Mikuriya.

Los desafíos

El secretario general de la OMA advierte del cambio que enfrenta el panorama del comercio. “En el pasado solían llegar contenedores, pero hoy -con el comercio electrónico- llegan pequeños paquetes”, dice, junto con resaltar que la relación es de empresa a consumidor.

“Es realmente un cambio de juego, donde ellos (los consumidores) pueden integrarse o participar directamente en el sistema de comercio mundial, pero no saben cómo cumplir, cómo informar a las aduanas, los datos que se requieren para la gestión de riesgos. Los datos del comercio electrónico es lo que más les cuesta a las aduanas”, reconoce el ejecutivo.

Para el comercio tradicional de contenedores, precisa que se utilizan operadores económicos autorizados para identificar a los comerciantes fiables o conformes y facilitar su circulación. “Así que estamos sugiriendo a los actores del comercio electrónico que hay una manera de que podamos trabajar juntos. Este es actualmente uno de los mayores problemas para nosotros”, dice.

Otro foco de preocupación es la seguridad y la salud de los ciudadanos.

“La falsificación, especialmente cuando se trata de medicamentos, mata a pacientes; o si se trata de piezas de repuesto de automóviles”, señala.

De ahí que Mikuriya realza la necesidad de que las aduanas puedan trabajar con las empresas del sector privado que tienen conocimiento muy profundo en áreas específicas. “Aquí es donde vemos la alianza con las empresas para proteger a los ciudadanos y a los consumidores de esos productos falsificados”, subraya.

Cuenta, además, que la OMA se ha extendido -junto con la oficina de las ONU para las Drogas y la Delincuencia, el programa de Control de Contenedores de la ONUDD-, para ver cómo las aduanas pueden colaborar con la policía y otros organismos para elaborar perfiles de esos cargamentos y contenedores sospechosos. “Tenemos que continuar con esto. Y, por supuesto, Chile ha prestado su apoyo en este ámbito”, agrega, en el entendido que los narcóticos se han convertido en un gran problema.